Taller de lectura con perros de terapia
Leo de pelos – taller de lectura con perros de terapia
Las lecturas en voz alta, en una atmósfera relajada, lúdica y afectiva llegaron a la biblioteca con TrezaYa desde el siglo XVIII en Europa se tienen antecedentes del empleo de animales, principalmente caballos y perros, como apoyo en el tratamiento de algunas enfermedades. Posteriormente en el siglo XX y de manera más formal en la década de los 50´s, el psiquiatra inglés Boris M. Levinson documentó el potencial del perro como un acompañante terapéutico en las sesiones con sus pacientes. De esta manera se adiestraron animales, ya no solo para apoyar a las personas con dificultades de movilidad, sino también para favorecer la socialización entre ellas. Esta corriente terapéutica se ha desarrollado a lo largo de los años y han surgido así los talleres de lectura asistidos con perros en Estados Unidos, Canadá y España. Estos talleres no están dirigidos de manera exclusiva al público en un proceso terapéutico, sino a todo aquel que puede aprovechar y disfrutar de las ventajas de leer en voz alta con un acompañante canino.
Recientemente, la Biblioteca Benjamín Franklin de la ciudad de México, ofreció por primera vez un taller de lectura asistido con perros. El objetivo fue fomentar el interés por la lectura en los niños. Tannia Puig, Directora de Terapia con can e instructora del taller, nos habla del potencial de esta actividad en el desarrollo de las habilidades lectoras de los participantes:
“El concepto de este taller es que le vas a leer a un perro, no es una escuela, no le vas a leer a una maestra, no es un psicólogo, nadie te va a evaluar… es un perro. Los participantes asumen que se trata de una actividad divertida y se relajan. Hay estudios que muestran que el contacto con los animales baja los niveles de cortisol en el torrente sanguíneo y esto promueve la relajación. El perro como acompañante baja el estrés y al bajar el estrés se desarrollan las habilidades lectoras de manera positiva.”
En México el primer taller de lectura con perro de terapia se impartió en la ciudad de Monterrey como prueba piloto en una investigación de tesis en área de psicología y educación. Ya con esta experiencia, en la biblioteca se conformó un grupo de participantes, se seleccionó el material de lectura (atendiendo a que fuera comprensible en vocabulario y temas para todos los asistentes) y se aplicó la metodología que divide la sesión de una hora de duración en las siguientes fases: inicio con una dinámica de prelectura, en la cual se despierta el interés a través de una serie de preguntas o de observar atentamente la portada del libro. A continuación se realizan las lecturas en voz alta por parte de los participantes. Después, comienza una pausa en la cual se plantean preguntas, en las cuales el perro apoya eligiendo entre las opciones que se encuentran en conos o bien, con las preguntas que él porta en su chaleco con alforjas y que los niños van y buscan. Esta dinámica permite que los niños interactúen con el perro de forma más activa y permite evaluar el nivel de atención que han brindado a la lectura, al responder a las preguntas. En las sesiones también se aprenden nuevas palabras, pues se pueden usar diccionarios, se comentan opiniones y se expresan inquietudes. Finalmente hay un periodo de juego libre con el perro.
Actualmente Tannia realiza un seguimiento de los efectos del taller a través de la comunicación y la retroalimentación con las familias de los integrantes del taller, las cuales observaron no sólo mejoras en las habilidades de lectura, sino también en casos de ansiedad, depresión o problemas de aprendizaje.
Recientemente, la Biblioteca Benjamín Franklin de la ciudad de México, ofreció por primera vez un taller de lectura asistido con perros. El objetivo fue fomentar el interés por la lectura en los niños. Tannia Puig, Directora de Terapia con can e instructora del taller, nos habla del potencial de esta actividad en el desarrollo de las habilidades lectoras de los participantes:
“El concepto de este taller es que le vas a leer a un perro, no es una escuela, no le vas a leer a una maestra, no es un psicólogo, nadie te va a evaluar… es un perro. Los participantes asumen que se trata de una actividad divertida y se relajan. Hay estudios que muestran que el contacto con los animales baja los niveles de cortisol en el torrente sanguíneo y esto promueve la relajación. El perro como acompañante baja el estrés y al bajar el estrés se desarrollan las habilidades lectoras de manera positiva.”
¿Cuáles son las habilidades y aptitudes que se desarrollan?
En este taller, al dirigir la atención al perro y no al libro, indirectamente se elimina la connotación obligatoria de la lectura, la cual predomina en el ámbito escolar y genera estrés, especialmente en los chicos que aprenden a leer. Este es un aspecto, al que tal vez es necesario dedicarle más atención en el fomento a la lectura, puesto que representa una dificultad real que incluso puede determinar posteriormente la actitud hacia la lectura. Si un niño en pleno proceso de aprendizaje de lectoescritura se siente presionado o nervioso, no disfrutará la actividad y no se sentirá cómodo porque estará sometido constantemente a evaluaciones y correcciones. Por otra parte, el contacto con el perro crea un ambiente relajado y divertido, en el cual el perro funge como un facilitador de la socialización. El grupo de participantes tiene la necesidad de organizarse para llevar a cabo las actividades, tiene que comunicarse, negociar cómo distribuir el tiempo de acariciar al perro y de esta manera se fomenta la cohesión al interior del grupo. En el ámbito individual, los chicos ven reforzada su autoestima al lograr practicar la lectura en voz alta pues la experiencia en conjunto les permite asociar el acto de leer a una sensación gratificante y afectiva por los vínculos generados con el perro.En México el primer taller de lectura con perro de terapia se impartió en la ciudad de Monterrey como prueba piloto en una investigación de tesis en área de psicología y educación. Ya con esta experiencia, en la biblioteca se conformó un grupo de participantes, se seleccionó el material de lectura (atendiendo a que fuera comprensible en vocabulario y temas para todos los asistentes) y se aplicó la metodología que divide la sesión de una hora de duración en las siguientes fases: inicio con una dinámica de prelectura, en la cual se despierta el interés a través de una serie de preguntas o de observar atentamente la portada del libro. A continuación se realizan las lecturas en voz alta por parte de los participantes. Después, comienza una pausa en la cual se plantean preguntas, en las cuales el perro apoya eligiendo entre las opciones que se encuentran en conos o bien, con las preguntas que él porta en su chaleco con alforjas y que los niños van y buscan. Esta dinámica permite que los niños interactúen con el perro de forma más activa y permite evaluar el nivel de atención que han brindado a la lectura, al responder a las preguntas. En las sesiones también se aprenden nuevas palabras, pues se pueden usar diccionarios, se comentan opiniones y se expresan inquietudes. Finalmente hay un periodo de juego libre con el perro.
El binomio humano-animal
Treza es una pastor belga mallinois de 3 años de edad que también trabaja en terapias con personas que padecen autismo, a las cuales les apoya a despertar otras áreas de interés por medio del vínculo afectivo que establece con los pacientes. Tannia Puig, ha estudiado tanto la etología canina, como los aspectos funcionales del cerebro humano para comprender los procesos de aprendizaje y la creación de vínculos. La terapeuta y su perro han requerido de años de práctica y entrenamiento para brindar apoyo con esta terapia y han obtenido la acreditación de organizaciones como como la Asociación Española de Terapia Asistida con Animales y Naturaleza (AETANA). En el taller de la biblioteca también participó Grandin, un labrador de 2.5 años de edad, que se encuentra en proceso de prácticas para lograrla misma acreditación.Actualmente Tannia realiza un seguimiento de los efectos del taller a través de la comunicación y la retroalimentación con las familias de los integrantes del taller, las cuales observaron no sólo mejoras en las habilidades de lectura, sino también en casos de ansiedad, depresión o problemas de aprendizaje.
Karina Gutiérrez
Goethe-Institut
Mayo 2015
Goethe-Institut
Mayo 2015
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